A veces, cuando surge un impulso, es mejor hacerle caso que después pensar en el "hubiera...".
Y a veces, sufro de impulsos gracias a sentimientos nocturnos, de sueño y melancolía, de recuerdos, tristezas y alegrías. Sentimientos que me llevan a pensar en los placeres e incontingencias que te va regalando la vida.
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