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y otro mucho de mi



-vale la pena recibir palabras si llegan del corazón-

viernes, 14 de mayo de 2010

Crónica de un mejor amigo



Hace unos años yo no podía decir que tenía un mejor amigo. Conocía a muchas personas, siempre me ha gustado dirigirme hacia caras desconocidas sin que me volteén la mirada y me dejen mirándoles el perfil o la nuca. Si bien me caracterizaba mi grado de amabilidad con los demás y mi sentido detallista con los demás; no podía conocer realmente el sentido de la amistad. Podía tener muchas amigas, podía hablar con los muchachos, pero no podía decir que tenía a un "favorito", un "mejor amigo".

En sí, cada quien tiene definido su propio término para el mismo par de palabras. Algunos consideran mejor amigo a su pareja actual. Otros prefieren separar completamente ambos términos y ven en su siempre compañero de farra y chupe a su mejor amigo. Otros saben que lo tienen, en algún lugar se encuentran pensando uno en el otro. Se sienten lejos, pero en el alma se encuentran unidos.

Yo no podía definir a nadie que tuviera todo el perfil de un "mejor amigo". Una vez casi llegué a tener uno, pero de pronto se enamoró de mi. Después, yo me enamoré de él. Un día se enteró de que ya tenía dueño mi corazón. Luego me enteré de que rompí el suyo. Se fue, me fui y fin de la historia.

Hace unos días yo no podía decir que tenía un mejor amigo. Pensaba que eso sólo existía en aquellos cuentos como "Lassie" o "Free Willy", donde los animales se convierten en inseparables muéganos del hombre. Pero yo no quería un muégano, no quería a alguien que moviera la cola al verme o diera saltos, brincos y faramalla y media para saludarme. Yo no quería a alguien que se fuera de fiestota y nuestra buena vibra no pasara de eso. Yo no quería a alguien que me hablara sólo cuando le convenía, solo cuando recordaba que existía.

Yo quería que existiera alguien que, estando lejos o cerca, tuviera noción del cariño que le tengo. Yo quería que esa persona compartiera conmigo sus momentos malos y no solo los buenos; que me dejara contarle mis historias. Yo quería que me escuchara y fuera sincero, que me alentara cuando yo no sabía hacerlo.

A veces uno no se da cuenta de lo que valen realmente los momentos. Uno percibe y observa pero no mira en realidad la esencia de las personas.

Hoy yo sé que es lo que realmente significa tener un mejor amigo. Y que estemos lejos o cerca yo sé que siempre estará ahí para escucharme, ahí para alentarme. Y para hacerme comprender que pueden existir mejores amigos, pero hermanos así no se encuentran todos los días.


.......gracias Omar :)


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