es cuando uno aprende a valorar aquellos pequeños detalles de la vida que te hacen feliz
Que no hace falta que el clima se evapore en el calor del sol,
que la lluvia te empape hasta los pensamientos
Que no tengas un rumbo fijo, sólo se te da la gana mover los pies a donde se les antoje;
y mientras un pie le pide permiso al otro para avanzar
En la mente se formulan recuerdos, ilusiones, lo que te preocupa, lo que te inspira,
lo que te mueve
Por eso me considero aficionada al deporte que la sociedad burguesa y capitalista de hoy ha dejado de practicar: el paseo.
Dejemos de usar un poco los motores para darle un espacio a la propia maquinaria.
Además, personalmente prefiero el tráfico humano al tráfico automovilístico, por lo menos así no se oyen tantos recuerdos a la madre ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario